Feliz día

No hay mejor fecha que celebrar el día de las "Siervas" o "Día de la esposa de pastor y misionera", un día después del día de la madre...segundo lunes del mes de mayo, celebración muy concurrida por todas las siervas "Hijas del Rey".

Ser esposa de pastor, ser misionera, título más alto que podemos desear tener en esta tierra por lo que significa servir al lado de "un siervo" al que nos dejó  ejemplo para que sigamos sus pisadas, a nuestro Dios, nuestro Señor, nuestro Rey.

Ser esposa de pastor, ser misionera es tener un papel multifacético, pues es mujer, es esposa, es madre, es compañera, su papel es delicado frente al esposo, a los hijos, a la iglesia y al mundo que le rodea, su gozo es desbordante porque ha aprendido quizá desde niña que placer verdadero es servir al Señor, "NO HAY OBRA MAS NOBLE NI PAGA MEJOR".

Ser esposa de pastor, ser misionera es tener muchos ojos puestas en ella, su apariencia, su carácter, su identidad; es madre, los hijos son su herencia de parte de Dios ¿cómo guardar el equilibrio, una escala de valores divinos respondiendo a su vocación personal y cuidando con esmero su herencia? ¿cómo lograr que sus hijos crezcan amando y respetando el ministerio de su padre? ¿cómo inspirarlos a la fe, a responder a su propio llamamiento, en lugar de propiciar algún sentimiento de frustración y rebeldía?.

Ser esposa de pastor, ser misionera es guardar mesura en sus intervenciones porque el pastor es su esposo y no ella ¿cómo responder a su vocación personal y no perder su identidad de ayuda idónea como esposa?

UNA ESPOSA DE PASTOR, UNA MISIONERA

SABE EDIFICAR, SABE INSPIRAR, SABE MOTIVAR A OTRAS COMPAÑERAS DE MINISTERIO.